La Positvidad Tóxica es la sobre-generalización excesiva y poco eficaz de un estado feliz y optimista en todas las situaciones. Positividad tóxica se refiere a mantener siempre una actitud positiva como una forma correcta de vivir y actuar. Se dice que es una infantilización de las emociones con mensajes de positivismo exagerado tales como: ‘Solo vibras positivas’, o ‘no dejes de sonreir’.
El proceso de positividad tóxica resulta en la invalidación de la auténtica experiencia emocional humana. Ser siempre positivos se vuelve negativo cuando esta actitud se usa para reprimir emociones como el resentimiento, tristeza, enojo o frustración; al reprimir o negar las emociones negativas, estas pueden crecer, acumulándose y creando un círculo vicioso por falta de proceso de las mismas. Hasta que la situación se torna insostenible.
Las emociones son una herramienta que nos informa y avisa lo que está sucediendo en ese momento, nos ayuda a procesar sucesos, más no nos indican cómo actuar o reaccionar ante la situación.
¿Cuándo ocurre la positividad tóxica?
- Escondemos lo que sentimos
- Rechazamos nuestras propias emociones
- Juzgamos lo que los demás sienten
- Nos sentimos culpables por sentir emociones negativas
Se vuelve tóxico ya que los pensamientos que alimentamos, generan expectativas tan altas que es imposible cumplirlas. De esta forma hay que lidiar todo el tiempo con sensaciones de frustración e impotencia. La positividad tóxica solo te llenará de frases bonitas pero vacías, ya que nos hace negar los síntomas de estrés que nos intentan advertir de algo.
Cuando se lleva al extremo, la positividad tóxica también es una manera de negar la realidad y todos sus matices. Algunas personas que son positivas en exceso terminan por mirar el mundo desde una sola forma, la del bienestar total como el único sentimiento válido para ellos, una faceta que al caerse revelará un cúmulo de sentimientos ignorados en su interior.
Esta actitud genera estrés y desgaste y oculta la expresión de sentimientos comunes como: tristeza, miedo frustración o inseguridad. A largo plazo, pretender que no existen altibajos en la vida diaria es una forma segura de caer en profunda depresión.
Pasar por momentos de tristeza, fracasos y decepciones es completamente normal, es parte del desarrollo humano, ya que nos enseña que a veces se gana y a veces se aprende. A caer y no solo levantarnos, saber levantarnos.
Experimentar episodios de “sensaciones negativas” es sano, siempre y cuando éstas no se conviertan en nuestro estado regular.
Mantener una actitud crítica hacia cualquier aspecto de la vida es vital y ofrece una visión realista de cualquier situación y enseñanzas de vida, lo mismo que aceptar los tropiezos y errores. Negarlos sería igual a ignorar la posibilidad de ser una persona más sabia cada día.
Maneras comunes en las que se presenta la positividad tóxica:
- Escondiendo o enmascarando los verdaderos sentimientos.
- Fingiendo que todo está bien.
- Sentirse culpable de sus emociones negativas.
- Minimizar las experiencias de otras personas con frases como “todo va a estar bien”, “hay que ser optimistas” o similares.
- Consolar a otro dándole perspectivas, es decir, diciendo “podría estar peor”, en lugar de validar sus emociones o experiencias.
- Atacar o humillar a alguien por expresar frustración, ansiedad, tristeza o cualquier cosa que no sea positividad.
- Ignorar sentimientos diciendo cosas como “así pasa”, “todo es perfecto”.
Efectos negativos de la Posibilidad Tóxica.
Produce vergüenza
Según psicólogos expertos, la vergüenza es un paralizante; esperar a que alguien siempre se encuentre bien puede alentar al otro a guardar silencio sobre lo que está pasando o lo que está sintiendo por vergüenza. Además, puede hacer que otras personas se sientan como una carga y tengan que fingir que todo está bien en vez de abrirse con sus sentimientos.
Suprime otras emociones
Negar los sentimientos u ocultarlos puede producir estrés, así como impedir que alguien desarrolle herramientas para controlar las emociones o pensamientos angustiantes.
El enterrar sentimientos profundamente o no reconocerles, nos puede llevar a enterrarles en nuestro cuerpo. Las emociones reprimidas pueden manifestarse más tarde en ansiedad, depresión o incluso enfermedades físicas”.
Es importante tener palabras o expresiones faciales, para describir cómo se sienten y ayudar a regular la respuesta al estrés. El suprimir emociones puede llevar a las personas a crear una personalidad falsa al no querer mostrar partes de ellas mismas. Esconderse así, es negar la verdad, y en la vida hay momentos tristes, dolorosos y difíciles. Es parte del balance. Aceptar esto, y sentir las emociones ayuda a verbalizarlas y sacarlas del cuerpo, contribuyendo a mantenernos sanos y sin tensiones.
Produce aislamiento
Crearse una personalidad falsa puede llevar a que se pierda la conexión con uno mismo, y con los demás. Al sólo presentarse como alguien positivo y alegre, esta es la imagen que la otra persona puede tener de nosotros; este tipo de actitud sólo produce que los demás nos vean como alguien inaccesible ya que sólo se puede ser una persona positiva a su lado, provocando, incluso, el aislamiento.
¿Cómo evitar el positivismo tóxico?
Es necesario aceptar las emociones como información o una guía, y dejar de pensar que las emociones son negativas, ya que connota un rechazo automático. Reconocerlas ayudará a sobrellevarlas y a disminuir su intensidad, quitarse un peso de encima, ser más abiertos con nuestros seres queridos y hablar de cómo nos sentimos, sin pretender que todo está bien.
Aceptar que existen estas emociones ayudará a sobrellevarlas y a disminuir su intensidad, ya que además de poder procesarlas, puede llevarnos a ser más abiertos con nuestros seres queridos y hablar de cómo nos sentimos, en lugar de siempre pretender que todo está bien.
Las emociones ayudan a transmitir información a otras personas, y es importante aprender a escuchar qué información quieren transmitirnos nuestras emociones y escucharlas y reconocerlas, incluso si son negativas. Dejar de intentar ser siempre positivos y aprender a procesar los sentimientos nos ayudará a comprenderse mejor a uno mismo y a los demás.
No estigmaticemos las emociones negativas, al contrario, aprendamos a escucharlas, por que muchas veces no tenemos idea de todo lo positivo que puede salir de ellas. No nos alejemos de lo que nuestro cuerpo siente, puede ser una sensación o emoción incómoda pero a veces es necesaria sentirla, enfrentarla y escucharla, para poder dejarla ir.
Hoy más que nunca te recomiendo que te escuches, que aprendas a vivir, tanto en la comodidad como en la incomodidad, la vida es eso, cambio y constante movimiento.
Cuando nos damos permiso a nosotros mismos para afrontar emociones complejas, eliminamos la tensión que hay entre las positivas y las negativas.
La clave esta en el equilibrio. Siempre, buscar el equilibrio, y entender que “No siempre todo estará bien. o será como esperamos o queremos, y está bien.”
- Date permiso para sentir todas las emociones. Positivas y Negativas:
Eres capaz de sentir emociones distintas al mismo tiempo ante una situación incierta o preocupante, así que acepta tanto las positivas como las negativas. Sé realista.
“Agradece lo que tienes, pero habla con honestidad sobre lo que te molesta, lo que echas de menos o lo que te preocupa de cara al futuro”.
2. Reflexiona sobre tu ansiedad, ayúdate con Journaling o Meditación:
Las técnicas de respiración profunda y la meditación te ayudan a seguir adelante sin ignorar tus temores.
La importancia del Journaling: Escribir en tu diario ayuda a relajarte ya que es como poner las cosas en una lista ‘para más tarde’. El cerebro lo va a almacenar como algo que puede esperar si lo pones una lista. En cambio si lo traes en tus pensamientos, tu cerebro pone aquello en primera fila como algo importante, ‘por si se ofrece’.
3. Si ya encontraste la raíz de tu ansiedad, haz ese extra esfuerzo por cuidarte:
Algo que sí que puedes hacer para lidiar con la incertidumbre es proponerte como tarea cuidar de ti mismo. Estás pasando por una experiencia dura y no te va a hacer ningún daño un poco de auto-cuidado. Esto implica cosas sencillas como dormir bien, comer sano, hidratarte, acercarte a platicar con la gente que quieres. Las prácticas espirituales como Yoga y Meditación siempre ayudan con estos temas de incertidumbre.
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