Vinyasa en sánscrito se forma de los conceptos Vi, que hace referencia al posicionamiento del cuerpo según un contexto, y Nyasa, que es uno de los estados meditativos que propugnan la concentración en un punto y su posterior “liberación”.
Así, el Vinyasa une el movimiento con la respiración. En mis clases, trabajamos un grupo muscular o familia de posturas diferentes en cada clase de Vinyasa; así es más fácil profundizar y llegar a posturas avanzadas de manera segura.
Las clases de Vinyasa son una sorpresa a nuestra mente, a nuestro cuerpo, y por lo tanto alegran el espíritu.
Quienes practican Vinyasa, activan el cuerpo mediante la unión de movimiento y respiración. De hecho, la respiración es la clave para completar con éxito toda la rutina de posturas o asanas. A medida que vas profundizando en su práctica, podrás aumentar el ritmo de los movimientos acompasados con mayores ritmos de inhalación y exhalación.
Al ser un estilo dinámico de movimientos y respiración, exige al practicante una gran coordinación entre ambos elementos. Se convierte en una meditación en movimiento. En ello influye directamente la capacidad de concentración que puedes alcanzar -como ventaja adjunta, se puede decir que el Vinyasa Yoga ayuda al cerebro a estar activo-. Desestrésate sintiendo tu cuerpo, respirando, mantienéndote en el momento presente.
Leave a Reply